Tres años de Entramadas en Uruguay

Del 20 al 22 de octubre se desarrolló en Tacuarembó el tercer encuentro del proyecto Entramadas. Nos zambullimos en la línea del tiempo para analizar cómo fuimos profundizando los abordajes de la violencia basada en género en Tacuarembó, Artigas, Rivera y Cerro Largo.

Escribe Camila Zignago
Fotos de Natalia Rovira para Fondo de Mujeres del Sur

El Fondo de Mujeres del Sur (FMS) es una fundación feminista que nació hace 16 años y fue creciendo en la implementación de programas, en la ampliación de sus áreas estratégicas y, sobre todo, en organizaciones apoyadas. Acompañando y trazando los inicios del FMS está su programa más antiguo: Redes y Alianzas Libres de Violencias (REDAL), que tal y como lo dice su nombre se focaliza en prevenir y erradicar las violencias contra las mujeres, identidades y sexualidades diversas.

Catorce años después de un recorrido de apoyo a defensoras de primera línea, fortaleciendo las organizaciones que abordan las violencias de manera directa, y también a organizaciones de mujeres, identidades y sexualidades diversas que se enfrentan a múltiples opresiones, integramos a REDAL el proyecto Entramadas, implementado junto a FLACSO Uruguay, con financiación de la Unión Europea y en alianza con la Asociación Civil El Paso.

Entramadas siempre se propuso apoyar y fortalecer organizaciones y grupos de base territoriales que trabajen en la primera línea, con situaciones de violencia basada en género, particularmente en ciudades y comunidades con escasas redes de acompañamiento y con difícil acceso a los servicios estatales.

Así es que desde 2021 el proyecto Entramadas se implementó en cuatro departamentos del país: Artigas, Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo. Mujeres en movimiento, Tejedoras de derechos, Mujeres resilientes, Colectiva feminista Bella Unión, Riversidad, Somos negras y qué?, Mizangas y la Comisión de género de la Confederación Uruguaya de Identidades Cooperativas (Cudecoop) son las organizaciones apoyadas. A fines de octubre se sumaron al encuentro que llevamos adelante en el balneario Iporá (Tacuarembó), con el fin de seguir compartiendo estrategias y tejiendo alianzas que nos permitan pensar cómo continuar trabajando juntas.

En este tercer encuentro de organizaciones, la clave fue poder recapitular y condensar el camino recorrido. Tomamos como base una línea de tiempo, con los principales hitos en el desarrollo y la implementación del proyecto desde el 2021 hasta la actualidad, y fuimos reconstruyendo y reflexionando nuestra pequeña historia de acciones.

Convocatoria, selección del proyecto de la organización, comienzo de actividades, capacitaciones con El Paso, primer encuentro de Entramadas en Rivera, acciones y movidas, segundo encuentro en Piriápolis, nuevas propuestas para 2023, actividades anuales, presente. “Recordar es volver a pasar por el corazón”, comentó Gabriela Romanutti (coordinadora del FMS en Uruguay) como cita al escritor Eduardo Galeano.

Y varias pasaron por el corazón: algunas integrantes eligieron pararse desde la convocatoria, porque dijeron sentirse bienvenidas y lo entendieron como un hito que permitió la expansión del activismo feminista al norte del país, un impulso que fue un antes y un después, un “voto de confianza”, y un “abrazo” desde Entramadas.

El momento de selección de las organizaciones fue destacado también por varias: no solo porque el haberse presentado permitió una unión en el equipo, sino también porque el haber sido seleccionadas para recibir financiamiento y apoyo habilitó un fortalecimiento del trabajo en territorio, de la mano con la formación de las organizaciones para poder abordar con herramientas las distintas situaciones. Los talleres de autocuidado fueron elegidos como un momento emotivo y simbólico, porque también tuvieron lugar en Tacuarembó.

El año pasado, el FMS festejó sus 15 años, y en Uruguay también hubo celebración. Este acontecimiento fue subrayado por algunas de las organizaciones, porque se sintieron reconocidas al formar parte del proceso, y porque la invitación al encuentro organizado les permitió salir de sus lugares y encontrarse con otros grupos que apoya el FMS en Uruguay. Por último, pararse en el presente significó un reconocimiento de transformación: por el camino recorrido con Entramadas, al interior de las organizaciones y a nivel individual. Sostén y redes ante el retroceso de derechos y la falta de apoyo de las instituciones fue una de las conclusiones finales generalizadas.

Lo recorrido y lo que queda

Finalizan casi tres años de un proceso que, como destacaron Gabriela Romanutti y Carmen Beramendi (quien fue parte del equipo de FLACSO y es consejera del FMS) tuvo un largo pienso colectivo previo a su concreción.

Silvana Darre (FLACSO), coordinadora del proyecto, contó que “el proceso fue muy interesante” al mismo tiempo que “desafiante”, debido a los objetivos principales de la iniciativa: fortalecer a la sociedad civil y también a la interinstitucionalidad que trabaja con la violencia basada en género.

Explicó también que los motivos para elegir los departamentos en los que el proyecto se implementó tuvieron que ver con el hallazgo de “una cierta fragilidad”, tanto en las organizaciones como en los mecanismos interinstitucionales. En ese marco, Entramadas planteó capacitar a ambos sectores, y también generar campañas de sensibilización sobre la temática, para que luego cada organización pudiera desarrollar sus proyectos desde esa base.

Otro de los componentes que tuvo la iniciativa y que Silvana destacó fue la generación de conocimiento situado. Desde FLACSO se llevaron a cabo estudios que dieron cuenta de la coyuntura particular en cada departamento, para hacer un diagnóstico y poder entender cómo se entrama la violencia en cada lugar. Algunos de los datos principales que arrojaron esas investigaciones es que estos cuatro son los departamentos con mayores índices de trabajo informal, vulnerabilidad socioeconómica y de deserción educativa en adolescentes.

Asimismo, Silvana subrayó que, en términos porcentuales, también son los departamentos en los que existen más conductas suicidas con suicidios consumados, y uno de ellos es el que tiene el mayor índice de femicidios en todo el país. La ubicación geográfica también “hace a las características particulares de la violencia” y “ameritan un tratamiento local para empoderar a los organismos”, explicó. Según su análisis, la cercanía de la frontera con Brasil aumenta la posibilidad de fuga de agresores, y también genera diferencias en el funcionamiento de las tobilleras electrónicas para los casos de violencia basada en género.

Tras casi tres años, aseguró que “se han cumplido” los objetivos propuestos y que está “muy conforme”, ya que luego del segundo año de trabajo pudieron apreciar una formalización y fortalecimiento de las organizaciones, así como también de los espacios interinstitucionales.

Uno de los pendientes que identifica Silvana en términos de construir alternativas para erradicar las violencias es la concreción de un observatorio local, con asiento en la Comisión de Género del Congreso de Intendentes. Señaló que el observatorio no se pudo concretar porque identificaron que las áreas de género de los departamentos no podían sostenerlo. “Entramadas lo que puede hacer es cooperar, dar apoyo técnico, pero no puede sostener lo que el Estado no quiere ni puede sostener”, aportó.

La iniciativa se transformó en una nueva propuesta: generar una aplicación para los celulares que, a partir de evidencias empíricas, promueva la conciencia sobre el riesgo de las violencias en todas sus formas y las desnaturalice. Esta aplicación, a desarrollarse en el futuro, permitiría que las mujeres puedan acceder libremente a información sobre la Ley de Violencia Basada en Género y también sobre los servicios de amparo cercanos a los cuales recurrir.

Fabiana Condon estuvo en el encuentro y es parte de la Asociación Civil El Paso. Integró, además, el equipo docente a lo largo de todo el trayecto de Entramadas. Contó que el acompañamiento en formación tuvo que ver con su experiencia en el abordaje de las violencias, pero también con la “acción política” y el acompañar los “procesos de incidencia”.

“Lo disfruté y me dejó mucho. Fue un aprendizaje continuo el trabajar con este grupo de mujeres que toman la decisión de juntarse para formarse y transformarse junto con otras, hacer cosas por el ejercicio y la lucha por los derechos de las mujeres, por la denuncia de las múltiples violencias que vivimos, con una fuerza muy potente trabajando desde las lógicas de lo que pasa en sus territorios”, contó Fabiana.

Después de haber atravesado distintas etapas del proyecto, Fabiana afirmó que hubo una “transformación de un poder que se acumula, en el sentido de que cada una conecta con la posibilidad que tiene de laburar, de hacer cosas, de transformarse en el proceso”. Asimismo, notó que en la actualidad cada una de las organizaciones apoyadas encontró “un sentido político en su acción”, y las observa “muy plantadas y muy claras en lo que están haciendo, reconociendo sus fortalezas, las alianzas que lograron y las cosas que quieren seguir soñando para el futuro”.

Rememorar para impulsarse 

Para Romina, integrante de la Comisión de Género de Cudecoop, formar parte de Entramadas fue “un antes y un después”, fundamentalmente porque les permitió conectar con mujeres de otras localidades, en un departamento (Tacuarembó) al que considera “muy conservador”. La mirada de la organización es que el apoyo del proyecto significó “un recurso muy importante” y un espacio de “contención”, en el que cada una de las integrantes pudo alzar su voz, ser escuchada y valorada.

“El proyecto nos ha permitido ser un poco más libres”, dijo, y a pesar de que se cierra una etapa, aseguró que “el bagaje y la experiencia nos van a permitir seguir andando”. Consideró que aún quedan muchas cosas para seguir trabajando, y que la idea de la organización es poder continuar abordando las violencias de género desde distintos espacios. “Nuestro objetivo es estar con las mujeres” y “vivenciar junto con ellas las transformaciones”, manifestó.

La idea de la Comisión, por tanto, es seguir generando acciones de sensibilización que promuevan la prevención de las violencias, seguir articulando con las instituciones y, sobre todo, con otras organizaciones del departamento. Como sueño futuro, anotan lograr crear un refugio para las mujeres en situación de violencia de género.

Alicia y Mari son integrantes de Mujeres en Movimiento y se mostraron sorprendidas por todo lo que han logrado en el departamento de Artigas. Según contó Alicia, luego de que su proyecto fuera seleccionado para recibir apoyo en el marco de Entramadas, se capacitaron, tuvieron un taller abierto con mujeres de la comunidad, salieron en medios de prensa, repartieron folletos e hicieron pintadas. La marcha del 8 de marzo de este año en su ciudad logró una concurrencia muy superior a otros años. “Para nosotras fue sorprendente, porque era un tema del que no se hablaba, había mujeres interesadas pero no se unían”, dijo.

 En resumen, para Alicia participar de Entramadas sirvió para conformarse como grupo, capacitarse “y a partir de ahí empezar a incidir” en el departamento. Mari también contó que hicieron talleres en la Universidad del Trabajo del Uruguay con docentes y estudiantes, con el Dispositivo Ciudadela, que trabaja el consumo problemático de drogas, y que uno de los desafíos y deseos para el futuro es realizar talleres con las mujeres privadas de libertad y sostener acciones más al interior del departamento, porque “hay algunas localidades en las que las mujeres están bastante solas y desasistidas”. Para Mari, en conclusión, la capacitación que les ha brindado Entramadas les facilitó las “herramientas para lograr los objetivos y aportar a transformar la vida de las mujeres”.

Las jornadas del fin de semana terminaron en ronda. Cada una se acercó al centro del círculo, dijo una palabra que resumía el encuentro y levantó una carta, a modo de oráculo: “Agradecimiento”, “Incidencia”, “Trama”, “Crecer”, “Despertar”, “Fuerza”, “Avanzar”, “Compartir”, “Confianza”, “Empatía”, fueron algunas de las tantas palabras que se escucharon, así como la reflexión final de todas: “¿Cómo nos sostenemos? ¡entramadas!”.

¡Compartimos algunas fotos que nos dejó el encuentro!