El 2020 fue el año de inventar nuevos modos de sostener el activismo feminista. En ese contexto cambiante y complejo pudimos reorganizamos, encontramos la forma de comunicarnos, de estar en red, de cuidarnos comunitaria y colectivamente.
En Paraguay, gracias a la articulación de los movimientos feministas y sociales se aprobó en septiembre una ley de apoyo a las ollas populares, claves para garantizar la seguridad alimentaria de gran parte de la población en la emergencia. En Uruguay, las organizaciones LBTIQ+, feministas, sociales y sindicales apostaron por construir plataformas comunes de resistencia popular y territorial, de cara a la pandemia del covid-19 y el cambio de escenario político. En Argentina, a pesar del impacto diferenciado de la crisis en las vidas de mujeres y personas LBTIQ+, cerramos el año con un logro histórico, alentador, que fue posible gracias a la construcción política del movimiento de mujeres: a partir del 29 de diciembre, el aborto es legal.
Compartimos el Reporte Anual del Fondo de Mujeres del Sur, que sintetiza el trabajo, las experiencias y aprendizajes recorridos durante el 2020.