Con el objetivo de fortalecer los liderazgos y las oportunidades políticas de mujeres de organizaciones de base, así como para acordar puntos básicos de una agenda política común, realizamos en Asunción, Paraguay, el Encuentro y Foro “Construyendo una agenda política feminista y popular desde los territorios y municipios“, el 14 y 15 de junio pasados.
El Foro, realizado en el marco del Programa Mujeres en Alta Voz, contó con la participación de mujeres políticas indígenas, urbanas y campesinas con diversas experiencias territoriales y partidarias, provenientes de Argentina, Bolivia, Uruguay y Paraguay. La agenda de los debates se propuso articulada en tres ejes: lucha por la tierra, el territorio y el ambiente; las mujeres y el derecho a la ciudad, y paridad política y sistema electoral.
Durante las jornadas, las organizaciones apoyadas por los distintos programas y estrategias complementarias del FMS en Paraguay tuvieron la oportunidad de intercambiar, dialogar y formular demandas concretas de intervención a las mujeres políticas.
Aprovechamos la oportunidad para hacerle tres preguntas a Florencia Maggi de Ciudad Futura, Rosario Argentina; a María Angélica Cano miembra del Grupo Impulsor de la Paridad Política de Paraguay; y a Patricia Cossani del Sistema Nacional de Cuidados del Uruguay. Compartimos con ustedes su testimonio.
Florencia Maggi: “Hay un nuevo sujeto emergente que son las pibas. Ahí está la garantía de un futuro con mayor participación y protagonismo de las mujeres”
P- ¿Cómo piensas la relación entre mujeres y política?
FM -Tengo la obligación de contestar desde mi lugar de mujer, feminista y militante de un partido político. Nosotras, desde Ciudad Futura, venimos pensando mucho en un concepto que es la feminización de la política, que implica no solo incorporar más mujeres a la política (lo que es muy necesario), sino plantear que las mujeres traemos toda una agenda que ha sido tan invisibilizada como nuestro rol en la sociedad. Así, podemos aportar a la transformación de la política, para encontrar nuevas formas, más ligadas a las mayorías, a la proximidad y a resolver los problemas cotidianos de la gente. Podemos transformar la política en el sentido en que la política ha sido históricamente construida por varones, que sostienen ciertos mandatos de masculinidad ligados a la concentración de poder, a la verticalidad, a la competencia, a la rosca, todas esas características que hacen a la política tradicional y a formas de representación que hoy están en crisis. Creemos que hay muchos de los valores que han sido relegados al ámbito de lo privado, que es donde hemos sido relegadas las mujeres, que es necesario incorporar. Son valores en oposición a esas formas masculinas, y tienen que ver con la solidaridad, la cooperación, la empatía, incluso con el poner los afectos en el vínculo político.
P- ¿De qué manera crees que pueden colaborar estos espacios de intercambio como el Foro?
FM – Son fundamentales. Creo que el feminismo nace así, en espacios donde podemos encontrarnos. Hay una reivindicación muy concreta de las mujeres y el feminismo y es que lo personal es político. Nos llevó muchos encuentros poder darnos cuenta de eso, de que esas desigualdades, esas opresiones que vivíamos y que a veces pensábamos que eran una cuestión individual, son cosas que nos pasan a todas, y que tienen que ver con cómo está configurada la sociedad y el sistema capitalista y patriarcal. Los espacios de encuentro fortalecen siempre a las mujeres y, además, en el intercambio de experiencias nos nutrimos y ponemos a dialogar las ideas. Eso siempre es positivo.
P – ¿Cómo ves, luego de la masificación de las consignas del feminismo, el futuro de las mujeres en los espacios de toma de decisión?
FM -Lo veo en crecimiento. En Argentina alcanzamos la paridad política por ley en 2017, y entonces ahora podemos dar otras discusiones. Queremos ver cuáles son los lugares que ocupan las mujeres. Por ejemplo, si las listas electorales tienen paridad y las cámaras legislativas alcanzan paridad, hay que ver después cómo se distribuyen las comisiones parlamentarias. Entonces, creo que estamos avanzando y que tenemos que seguir haciéndolo, también hacia adentro de nuestras organizaciones. Me parece que el futuro es favorable, creo que estamos encabezando una revolución, una revolución de nuevo tipo, pero lo estamos transformando todo y, fundamentalmente, hay un nuevo sujeto emergente que son las pibas, de 20 años o menos, que tienen muy incorporados los pisos por los que venimos luchando y van por todo. Ahí está la garantía de un futuro con mayor participación y protagonismo de las mujeres.
María Angélica Cano: “Las mujeres hemos sido las últimas invitadas a la democracia”
P- ¿Cómo piensas la relación entre mujeres y política?
MAC – Creo que la política es un sistema que se sostiene en valores importantes, y uno de ellos es la democracia. Las últimas invitadas a la democracia han sido las mujeres, en tanto sujeto y actoras estratégicas. Ser las últimas invitadas nos pone obstáculos, pero también nos da oportunidades. El gran obstáculo es no tener tan incorporada la expertise de la política. Los hombres tienen más expertise porque han tenido más ejercicio del poder. Pero el aporte de las mujeres como nuevo colectivo es la diferencia en relación a todo lo que la política fue construyendo como antivalores, es decir la tolerancia, la promoción de sociedades más inclusivas y menos violentas. Esos valores nuevos para la política y la democracia son los que hoy las mujeres, como actoras estratégicas de cambio, promueven. Y otra cosa que me parece importante y que me preocupa es que, además de que las sociedades se vuelven cada vez más intolerantes y fundamentalistas, va a haber escasez de recursos. Y ahí las mujeres, con los dos mil y pico de años de experiencia como administradoras de los cuidados, tienen otro aporte muy importante para hacer.
P- ¿De qué manera crees que pueden colaborar estos espacios de intercambio como el Foro?
MAC – Los encuentros son fundamentales para esta construcción nueva en igualdad de derechos y de justicia que buscamos, como actoras nuevas de la democracia, como ciudadanas en construcción. Tenemos que hacer una plataforma feminista que tenga que ver con estos valores. En esta plataforma cada especificidad tiene que tener su espacio. Por ejemplo, si somos mujeres urbanas, tenemos un espacio como mujeres urbanas. Si somos ingenieras, participamos del diseño arquitectónico con perspectiva de género. Hace poco preguntaba en una charla, ¿cuántos padres jóvenes llevan a sus hijxs pequeñxs al shopping? La respuesta es: un montón. ¿Y dónde los cambian? En el auto ¿Por qué? Porque los baños para varones no tienen cambiador. Entonces, nosotras podemos aportar desde esos asuntos más utilitarios hasta en marcos normativos de igualdad, como podrían ser una nueva constitución, políticas públicas de igualdad en educación, en salud. O, por ejemplo, en acciones afirmativas, que se creen ya no ministerios de la mujer sino ministerios de la igualdad, en los que incluyamos miradas diversas. La plataforma feminista yo la veo como una plataforma de la igualdad, porque los movimientos de mujeres incluyeron todas las desigualdades, la transversalizaron. Por eso, el tema de la desigualdad tiene que ser altamente politizado.
P – ¿Cómo ves, luego de la masificación de las consignas del feminismo, el futuro de las mujeres en los espacios de toma de decisión?
MAC – Hay dos maneras de entender a las mujeres en los espacios de decisión. Una es la presencia, y la otra es la mirada de las mujeres. Porque tiene que haber un cambio cultural profundo, hay que construir una cultura de la igualdad sustantiva, real, que es la suma de las igualdades legales, de oportunidades, de trabajo, de presencias. Esas presencias tienen que tener estos contenidos de cambio y revolución. Para mí, esa transformación tiene que venir con la agenda, por eso hay que politizarla, en el sentido más amplio de la política. Me parece que esta es la verdadera revolución.
P – ¿Por qué dirías que es la verdadera revolución?
MAC -Porque creo que la desigualdad de género, al tener tantos años, siglos, milenios, de postergación de la mitad de la población, tiene que ver con la constitución de la base de la sociedad. Por eso, este movimiento por la igualdad sustantiva es una verdadera revolución. Esto no es una necesidad de las mujeres, es una necesidad de la civilización, de la democracia, de la política, de la sociedad del futuro.
Patricia Cossani: “Creo que las mujeres estamos logrando modificar las prácticas políticas”
P- ¿Cómo piensas la relación entre mujeres y política?
PC – Es una relación que estamos reconstruyendo. Primero que nada, hay una cuestión de base, que constituye una de las brechas más grandes, y tiene que ver con el trabajo reproductivo, no remunerado de las mujeres. Ahí hay mucho para construir, tanto en poder asignar nuevos roles a las mujeres como en que esos roles se distribuyan mejor en la sociedad. En eso tenemos mucho que aportar para conseguir que la práctica política sea diferente. En Uruguay siempre decimos que la política está muy masculinizada, incluso en las formas. Por ejemplo, en esto de hablar fuerte, o de golpear la mesa. Se generan prácticas que nos excluyen, nos violentan, y que hacen que terminemos alejándonos de esos ámbitos porque no son amigables. Creo que las mujeres, en este momento, lo que estamos logrando es modificar esas prácticas políticas, y para eso tenemos que cambiar muchas metodologías, y también poder incorporar a nuestrxs hijxs. Por ejemplo, en el espacio IR del Frente Amplio, lo que hicimos fue generar espacios de cuidado en todas las reuniones y en todas las actividades que hacemos. Muchas veces militan parejas y lo que pasaba era que iba el varón y la mujer se quedaba en la casa. Ahora pueden venir lxs dxs. De alguna manera, esta propuesta implica cambiar la práctica política.
P- ¿De qué manera crees que pueden colaborar estos espacios de intercambio como el Foro?
PC – En todo. Tienen que ver con encontrarse, con compartir las cosas que queremos hacer, que queremos transformar, pero también con compartir las dificultades a las que nos enfrentamos en los ámbitos políticos. En estos encuentros lo que notamos con otras compañeras es que vivimos las mismas cosas, que nos pasan las mismas cosas y, a partir de eso, podemos desarrollar estrategias en conjunto. Lo colectivo siempre genera cosas buenas: yo vengo con mi idea, otra viene con la suya, y el producto siempre es algo mucho mejor. El encuentro genera nuevas ideas y mejores situaciones para todas.
P – ¿Cómo ves, luego de la masificación de las consignas del feminismo, el futuro de las mujeres en los espacios de toma de decisión?
De dos maneras. Por un lado, soy optimista, porque empezar a generar un nuevo discurso, nuevas prácticas, poner sobre la mesa temas que antes estaban invisibilizados, es muy bueno en cuanto a la representación de las mujeres y a la práctica política. Pero, también me da miedo la noción de lo políticamente correcto, que hace que se incorpore un discurso y no se lleve después a la práctica. Para que eso no pase hay que desarrollar herramientas que nos permitan garantizar espacios de poder, pero que también nos permitan ser coherentes en cuanto a la relación entre lo que decimos y lo que hacemos.