Iniciamos el ciclo de conferencias, talleres y sesiones de intercambio sobre las principales problemáticas de las agendas actuales feministas y de la diversidad.
En junio empezamos este proceso que venimos preparando hace meses: los Encuentros de formación política: experiencias desde la interseccionalidad. Se trata de un ciclo de conferencias, talleres y sesiones de intercambio a través de las cuales vamos a recorrer, entre junio y noviembre de 2021, las principales problemáticas de las agendas actuales feministas y de la diversidad. Sumaremos, además, miradas y temáticas que se volvieron cruciales con la pandemia del covid-19.
El ciclo apunta a fortalecer y acompañar los procesos de las organizaciones apoyadas a través de los distintos programas del Fondo de Mujeres del Sur (FMS) y a propiciar intercambios de experiencias, estrategias y aprendizajes entre las organizaciones.
A través de exposiciones, plenarias y debates, se reflexionará sobre las diversas luchas protagonizadas por los movimientos feministas y de la diversidad, y el análisis crítico de las realidades políticas que hoy deben afrontar los activismos en la región.
Los bloques temáticos confirmados hasta fin de año involucran la economía del cuidado, la violencia pensada desde los territorios y las experiencias de los movimientos sociales para incidir en las agendas públicas. Algunas de la expertas y activistas confirmadas son Soledad Salvador, Laura Pautassi, Patricia Cossani, Adriana Guzmán, Greta Pena, Claudia Vázquez Haro, Sandra Chagas y Michi Moragas.
Si bien el encuentro está pensado para organizaciones apoyadas por el Fondo de Mujeres del Sur, muchas de las exposiciones podrán verse a través del canal de Youtube del FMS. ¡Seguí nuestras redes y enterate!
Una crónica del primer encuentro
El 1 de junio, a las 6 de la tarde y con la sala de Zoom al máximo de su capacidad, nos reunimos para inaugurar el ciclo. Desde el FMS, Luz Aquilante, directora ejecutiva, y Laura Leonelli Morey, coordinadora de recursos internacionales, dieron la bienvenida y resaltaron la importancia de seguir sosteniendo el compromiso militante y político para reducir las nuevas violencias y desigualdades.
Después de una breve presentación de las coordinadoras de cada programa estratégico, las consejeras del FMS aportaron una lectura de contexto, haciendo pie en cada uno de los países prioritarios en los que el FMS trabaja.
Ana Falú, desde una mirada de escala regional, destacó la imbricación del neoliberalismo y el patriarcado en la producción de violencias, especialmente evidenciadas en el marco de la pandemia, y cómo el paradigma de la interseccionalidad puede ser una matriz para pensar en lo estructurante y profundo de esas desigualdades.
En ese sentido, afirmó que “el virus no es democrático”, y puso el acento en el modo en que el contexto de crisis sanitaria y social vino a echar luz sobre la trama indisociable de salud y territorio, y sobre esos “cuerpos omitidos”, los de quienes cuidan, que dejaron en claro su centralidad en la trama cotidiana de las vidas.
Ana destacó también los tres puntos que a su entender son la clave para repensarnos después de este cambio mundial producido en 2020: las violencias (“puertas adentro y puertas afuera”), los cuidados y la economía de las mujeres (en Argentina, más del 50 % de las mujeres está bajo la línea de pobreza).
Por último, dejó en claro la unión entre las condiciones de aislamiento, la crisis y los fundamentalismos antidemocráticos. Por eso, cerró, es importante situarnos, vincularnos y reconocernos. Seguir apoyando las redes y la potencia de los movimientos por la inclusión y los derechos humanos.
Carmen Colazo aportó su lectura del contexto paraguayo, reconstruyendo el papel de las mujeres en la historia de ese país, y sumando su visión sobre el momento crítico que atraviesa. “Momento de importantes retrocesos democráticos y de desgobierno”, definió, que, a raíz del mal manejo de la pandemia, dejó en evidencia una sociedad sin seguridad, sin educación ni salud pública.
Carmen Beramendi aportó la experiencia uruguaya de disminución de las desigualdades estructurales entre 2008-2013. A partir de ahí resaltó la necesidad de colocar hoy el tema de la justicia redistributiva como algo central en el feminismo. Pensar en cómo se ha producido la riqueza y analizar esa matriz de desigualdad estructural, que provoca efectos diferenciados en la vida de las mujeres y personas LBTIQ+.
Alicia Soldevila puso el acento en la deuda contraída en Argentina en 2018 y sus impactos en las mujeres y cuerpos feminizados, así como en la precarización del trabajo, tanto remunerado como no remunerado.
Destacó que, antes de la pandemia, el trabajo de cuidados no remunerado representaba el 15,9 % del PBI; pospandemia, ese número trepa al 21,8 %. El 78 % de ese trabajo lo realizan mujeres y cuerpos feminizados. Así, concluyó: “la economía del cuidado sostiene el funcionamiento social”.
En este panorama, todas remarcaron las “tramas esperanzadoras” del feminismo interseccional. Mabel Busaniche, presidenta del Consejo del FMS, destacó además las estrategias, prácticas y acciones transformadoras y creativas de las organizaciones, cuyo impacto es muchas veces inesperado o sorpresivo, y que suelen pasan desapercibidas en los recuentos y reportes.
Para cerrar, Beatriz Ramírez, nueva consejera del FMS, aportó su lectura, reconfortante y potente: “Nos toca a las mujeres volver a ser fuerza instituyente de transformación, de resistencia y resiliencia. Construir esta globalización por abajo, en la cual la interseccionalidad es un paradigma emancipatorio. Necesitamos tender puentes con otras para encontrar nuevos marcos civilizatorios”.
Nos encontramos en breve, para tender esos puentes, pensar críticamente nuestras realidades y seguir construyendo juntas el feminismo que queremos.