En Uruguay, el cambio de escenario político trae aparejado nuevos desafíos para las organizaciones sociales. Sumadas las consecuencias de las medidas de distanciamiento y aislamiento social, emergen necesidades sociales y económicas que reactivan las redes solidarias. Les invitamos a leer el testimonio de Magadalena Bessonart, integrante del Colectivo Ovejas Negras*, organización que trabaja por los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en Montevideo.
Hoy, en nuestro país estamos en un contexto de “aislamiento social”, en el que no se nos prohíbe salir de nuestras casas, pero sí se recomienda. La mayoría estamos teletrabajando y se han suspendido las actividades masivas, y las actividades referidas a la educación también han cambiado su modalidad a un formato en línea.
Al aislamiento se le suma que el 1° de marzo asumió un nuevo gobierno, conformado por personas y gobernantes que han manifestado su oposición a la agenda de derechos, a las agendas del feminismo, la diversidad sexual, y de las mal llamadas minorías en general. Un gobierno con una impronta neoliberal, lo que está generando que se empiece a desmantelar todo un aparato social y de políticas públicas que el Estado uruguayo ha venido implementando en los últimos 15 años.
Se dan ambas cosas simultáneamente, lo que hace que estemos pasando por un momento muy crítico, con muchas personas que necesitan de la seguridad social, situación agravada porque mucha gente no puede conseguir trabajo ahora y han aumentado las tasas de desocupación. También, aumentó la cantidad de gente que está en situación de calle.
Con esta emergencia social, y con el aislamiento, desde el colectivo Ovejas Negras tuvimos que modificar todo lo que habíamos planificado para este año, y que tenía que ver con manifestaciones populares y resistencias. Nos encontramos, en estos formatos de lejanía, a pensar cómo íbamos a trabajar, qué íbamos a hacer y cómo nos íbamos a plantar frente a este período tan particular y de mucha incertidumbre.
Somos una organización que prioriza la articulación con el resto del movimiento social. Entendemos que lo importante es transformar culturalmente la sociedad, y para ello es necesario articular con otros, con otras y con otres, para fortalecer la base social popular de nuestros territorios.
En ese sentido, empezamos a profundizar la articulación con la Central de Trabajadores y Trabajadoras de Uruguay (el PIT-CNT), participando de la Intersocial, una articulación en la que participamos muchos colectivos de distintas improntas: la Central, la articulación más grande de feminismos, nosotres, la federación de estudiantes universitarios, la Federación Uruguaya de Cooperativas de Ayuda Mutua (FUCVAM), que en Uruguay es un movimiento muy grande e importante y un bastión del movimiento popular. A la vez, se han sumado distintos movimientos territoriales y más específicos, como trabajadorxs no formales o no dependientes. La idea es tener, entre todos y todas y todes, una plataforma común de reivindicaciones, y poder pensar juntxs en nuevas estrategias de manifestaciones populares en este contexto.
Esto es lo que realmente ha sido la impronta de nuestra organización en este contexto: articular con otrxs, sabiendo que muchas personas que pertenecen al colectivo de la diversidad sexual van a ver sus derechos aún más vulnerados; pero no solo ellxs, y por eso entendemos que es necesario doblegar los esfuerzos de solidaridad.
En este momento, desde Ovejas Negras estamos militando tres grandes ejes. Estamos generando una especie de mapeo sobre organizaciones sociales que prestan servicios. Nos interesa poder ver cuáles son las propias respuestas dentro del movimiento, para que si alguien está pasando por una situación y busca ayuda, poder dar otra respuesta que no sea la de hablar con el Estado.
También, estamos apoyando y articulando canastas y ollas populares. Empezamos con un proyecto que tiene que ver con recaudación de fondos para poder apoyar a pequeños almacenes y comprar canastas para personas LGBTIQ+ de los barrios más precarizados.
Por último, estamos trabajando en conocer más acerca de cómo cuidarnos y los distintos mecanismos de seguridad con los que podemos contar. La mayoría de quienes militamos en Ovejas hemos militado siempre con un gobierno progresista, entonces estamos aprendiendo también a ver cómo nos cuidamos en este nuevo escenario.
Es un momento muy angustiante para muchos. Desde nuestro colectivo, hemos intentado seguir sosteniendo todo a través de reuniones online. Por ahora, la vamos llevando.
*Colectivo Ovejas Negras es una organización fundada en 2004 para promover los derechos y la ampliación de la ciudadanía de la comunidad LBTIQ+ en Uruguay. Fue coparte del Fondo de Mujeres del Sur (FMS)a través del programa Nuestros Derechos, Nuestro Orgullo.