La radio comunitaria como instrumento para la autonomía de las mujeres trabajadoras indígenas

Esta historia sobre Venancia Cáceres y el Grupo de Mujeres de Yvopey Renda (Chaco paraguayo) fue escrita originalmente por Gabriela Schvartzman y Ana Galeano. Luego, Fábrica Memética la adaptó gráficamente, en un trabajo conjunto con Venancia y el equipo del Fondo de Mujeres del Sur. La compartimos en el marco del Día de los Derechos Humanos, porque creemos en los aportes del feminismo territorial indígena para afianzar y garantizar esos derechos, así como para construir democracias incluyentes, sin violencias.

Fue entre los años 83 y 85, a partir de una asamblea comunitaria, que se conformó el liderazgo de las mujeres indígenas y su comisión directiva, con el apoyo del Consejo de Ancianos y el líder de la comunidad, en el distrito de Filadelfia. Venancia, como actual lideresa comunitaria destaca que la lucha no es solo la de trabajar en conjunto con el líder varón sino también dentro de la propia familia, que en su caso la apoya desde los inicios.

Como resultado de la organización de las mujeres indígenas en la comunidad, se conformó el primer sindicato de trabajadoras domésticas indígenas. Nuclea a seis pueblos del Chaco, y trabaja en articulación la Central Unitaria de Trabajadoras y Trabajadores (CUT-A).

Al igual que este espacio de participación autónoma, se encuentra la Red de Mujeres Guaraní, en la que manifiestan sus principales preocupaciones como pueblo, las ansias de seguir fortaleciéndose a partir del trabajo con otras mujeres, y de llegar a compañeras que aún no se encuentran organizadas y a veces incluso indocumentadas. La Red se conforma actualmente por organizaciones de tres comunidades del pueblo Guarani (Kuña Guarani Katupyry de Santa Teresita, la Organización de Mujeres Guaraní de Macharety y el Grupo de Mujeres de Yvopey Renda). Otras comunidades quedan pendientes de visitas y reuniones, que han sido demoradas por las grandes distancias poblacionales del territorio chaqueño y la pandemia, que dificultó aún más el movimiento y los encuentros.

Resumen ilustrativo del reportage

La radio, como instrumento para hacer llegar la voz desde y para las mujeres

La formación en el manejo de comunicación radial a través de la organización es una herramienta a disposición de las mujeres de la Red, ya que es el instrumento principal para lograr una incidencia comunitaria y política.

A través del programa de radio y el manejo de las redes sociales para la reproducción y emisión del programa en formato virtual (que permite alcance internacional), han sostenido una programación que en este tiempo abordó las distintas problemáticas acrecentadas a partir de la crisis sanitaria y la sobrecarga de cuidado en los hogares y las mantuvo en contacto con las comunidades.

El apoyo desde el Fondo de Mujeres del Sur fue esencial para sostener los espacios de encuentro virtual y mejorar las herramientas de comunicación, que se enfocaron en tres contenidos formativos principales: la importancia de la organización y las formas organizativas para las mujeres indígenas, sus derechos, y la socialización de nuevas tecnologías para el fortalecimiento y sostenimiento organizativo.

En la realidad chaqueña, la radio no es solo para difundir las vivencias, es también el espacio para canalizar la toma de decisiones y la planificación de actividades, a través de la dinámica y la importancia de la palabra misma como pueblo. La posibilidad de contar con saldo para conectarse o con un teléfono celular quizás no sea un problema para la gran mayoría de la población. Sin embargo, en el caso de las mujeres indígenas es todo un desafío, ya sea por la limitación de recursos o por la falta de formación para el manejo de las tecnologías. Por eso esta experiencia de aprendizaje ha llevado a que más mujeres puedan sentirse parte activa del movimiento y de la dinámica organizativa.

Para Venancia, el fortalecimiento de la herramienta de comunicación radial implicó un antes y un después, porque contribuyó también a conseguir una legitimidad por parte de los líderes varones, lo que acaba siendo esencial para la lucha colectiva, el trabajo comunitario y el ir abriendo espacio a la participación de la niñez y juventudes en las comunidades.

Cuando la asistencia desde el Estado es prácticamente nula, experiencias como esta colaboran a desarrollar herramientas de gestión y otros proyectos comunitarios desde y para las mujeres indígenas.

El desafío de llegar a las comunidades más distantes

Venancia y sus compañeras enuncian como prioridad que esta experiencia de quienes se encuentran en contacto y trabajo permanente pueda ser compartida con las comunidades más distantes y así poder incentivar a la organización autónoma de las mujeres también en esos territorios.

El potencial de ir multiplicando la palabra y a través de ella una práctica de conciencia con otras mujeres indígenas para crecer en derechos y en trabajo colaborativo con las estructuras tradicionales de toma de decisiones dentro de los pueblos indígenas, es el mayor desafío desde la red.