Del 16 al 18 de agosto, más de setenta mujeres de Argentina, Paraguay y Bolivia estuvieron reunidas compartiendo experiencias y potenciando estrategias en defensa del territorio, el agua y el derecho a un ambiente sano y al buen vivir.
En la tarde de la primera jornada, en ronda bajo los cerros de San Lorenzo, Salta, escuchamos los testimonios de las defensoras ambientales: mujeres campesinas, indígenas y urbanas que en distintos contextos y con experiencias diversas decidieron movilizarse frente al extractivismo minero, la agricultura intensiva y la expropiación territorial. Al tomar la palabra, cada organización hizo una ofrenda a la pacha, y así fue completándose un mosaico múltiple de banderas, alimentos agroecológicos, artesanías y consignas a favor de la vida.
Jéssica Arias, de Rebeldes del Sur, organización que trabaja en el Bañado Sur (Asunción), dejó una tenaza y clavos. “Estas son nuestras herramientas de lucha. Con ellas armamos y desarmamos nuestras casas cada vez que nos inundamos”, explicó. El Bañado Sur, en la periferia de Asunción, es una zona que sufre especialmente las inundaciones, cada vez más recurrentes a consecuencia de los desmontes. “No es casual que seamos siempre las mujeres las que ponemos cuerpo y alma en la defensa de nuestros derechos y territorios”, aportaron las mujeres de la Asamblea por la Vida de Chilecito, marcando la relación que existe entre la justicia socioambiental y la de género. Por su parte, Luz Aquilante, directora ejecutiva del FMS, resaltó la necesidad de generar nuevas narrativas colectivas que desafíen los paradigmas establecidos del desarrollo.
A lo largo del Encuentro, hubo diversos espacios de formación y discusión. Como actividad introductoria, se realizó una presentación sobre planificación y elaboración de proyectos, para fomentar la autonomía de los grupos de defensoras ambientales (GDAs). Luego, Silvia Cuesta y Roxana Turitich, administradoras del Fondo de Mujeres del Sur, y Belén Esber, de la Fundación Plurales, brindaron el taller Desarrollo de Recursos y Sostenibilidad. En esa jornada de trabajo, se compartieron herramientas clave para elaborar planes de producción y cadenas de gestión, y se destacó la importancia de la formación política para tomar decisiones estratégicas y económicas al interior de las organizaciones. En el cierre, al poner en común los planes de producción elaborados en el marco del taller, muchas mujeres notaron que aquello que no habían sabido presupuestar en sus proyectos era su tiempo de trabajo, dejando en evidencia una problemática crucial: la dificultad de pensar las actividades realizadas por las mujeres como trabajo remunerado.
Elba Nuñez, abogada y miembra del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem Paraguay), y Silvana Morel, abogada ambientalista y feminista, compartieron en la tercera jornada un espacio de formación sobre litigio estratégico, herramienta jurídico-política que, según definió Nuñez, “permite impulsar la exigencia para el cumplimiento de derechos y, en caso de violaciones flagrantes, obligar a los Estados a cesarlas, reparar los daños y avanzar en garantías de no repetición”.
Morel relató la experiencia de su organización en Jujuy, Argentina, en defensa de los bosques y los glaciares en un contexto de megaminería. Habló sobre la posibilidad de articular estrategias para hacer efectivas las demandas tanto en el ámbito de la justicia como en otros organismos de toma de decisión del Estado. “Tenemos que tener la marcha, pero también tenemos que tener la prueba”, resumió, para reforzar la pluralidad de escenarios en los que se plantean las luchas. “Sin agua, no hay vida”, concluyó.
Nuñez agregó que hoy “existe un modelo extractivista, capitalista, neoliberal; en ese contexto, las violencias se agudizan”, y sumó la pregunta por cómo movilizar la vergüenza internacional hacia los Estados, una posibilidad para defender los derechos sociales, culturales, económicos y medioambientales de las mujeres y sus comunidades. Para cerrar el día y el Encuentro, se presentó la Plataforma de Justicia Ambiental y Género, una herramienta en construcción colaborativa entre los fondos y los grupos de mujeres.
El Programa Fortaleciendo a las Defensoras Ambientales del Fondo de Mujeres del Sur se implementa en Paraguay y Bolivia en el marco de la Alianza Global por la Acción Verde y de Género (GAGGA, por sus siglas en inglés), en colaboración con el Centro de Capacitación e Investigación de la Mujer Campesina de Tarija (CCIMCAT), y, en Argentina, junto con la Fundación Plurales; cofinanciado por la Unión Europea. Agradecemos especialmente la participación y cobertura periodística de LatFem. ¡Hasta el próximo Encuentro!
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