Cómo atravesar la pandemia y seguir construyendo sororidad

En esta nota, compartimos algunas de las estrategias que el Fondo de Mujeres del Sur encontró para adaptarse a los nuevos desafíos. Queda mucho por hacer, pero si algo nos quedó claro es que juntas y organizadas podemos seguir trabajando para erradicar las violencias, fortalecer las apuestas por la justicia socioambiental y de género,  fomentar la participación política de las mujeres y amplificar las voces de todas, de todxs. 

Con la pandemia, en el Fondo de Mujeres del Sur también sentimos que teníamos que pensar todo de nuevo. Qué estrategias, qué acciones, qué articulaciones son importantes. Cuál es nuestro rol en esta nueva realidad. Cómo conseguir recursos, distribuir apoyos, entender qué necesitan organizaciones y movimientos diversos en este contexto histórico. Si los problemas habían cambiado, entonces también debían cambiar las preguntas y las soluciones. Si la urgencia afectaba a todxs, teníamos que ocuparnos de lo urgente. Así, tomamos varios caminos simultáneos.

Decidimos que aquellas organizaciones que se encontraran en una situación de evidente emergencia social y sanitaria pudieran destinar parte de los apoyos financieros a asegurar condiciones básicas. Se reasignaron parte de los donativos para ayudas urgentes, como alimentación, higiene y limpieza. También, para implementar huertas individuales y comunitarias; muchas mujeres apostaron por la agroecología, la provisión y el intercambio de semillas. Algunas organizaciones compraron tela para hacer mascarillas, y otras articularon ollas populares. De esta manera, pudieron aliviarse las consecuencias más inmediatas de la pandemia y el aislamiento para muchas mujeres y personas LBTIQ+.

Foto: Gentileza de Sindicato de Trabajadoras Domésticas de Itapúa (SINTRADI)

Invertimos en conectividad: dimos donativos especiales a las organizaciones para que pudieran adquirir tecnologías, estrategias de comunicación o equipamiento para el ciberactivismo, como compra de teléfonos, datos móviles, abonos a internet, módems. Y nos organizamos para aprender todas juntas a utilizarlos.

Contratamos servicios y capacitamos a las organizaciones en el uso seguro y consciente de plataformas digitales. Consultamos con ellas e investigamos cuáles eran más accesibles, más amigables, y más seguras.

Pudimos así trasladar a la virtualidad la Escuela de Formación de las Defensoras Ambientales, un proyecto en común con el Colectivo Casa (Bolivia) y que involucra a las organizaciones apoyadas a través del programa Fortaleciendo a las Defensoras  Ambientales (Paraguay y Bolivia). De esta manera, continuamos con un proceso muy enriquecedor en el que veníamos trabajando: el diagnóstico colaborativo de la implementación en los últimos años. Se realizaron tres encuentros virtuales y 18 clases a través de servicios de mensajería. De aquí surgieron materiales muy valiosos para socializar entre organizaciones, en relación a temáticas que las afectan particularmente (videos, audios, dibujos; sobre bioseguridad, medicina casera y relatos de sus conflictos específicos).

Nos aliamos con TEDIC, ONG paraguaya feminista que trabaja la ciudadanía y los derechos humanos en internet. Ellxs coordinaron un proceso de empoderamiento tecnológico para las organizaciones apoyadas a través del programa Mujeres en Alta Voz (MAV). Así, esas organizaciones pudieron transformar sus proyectos y adaptarlos a la nueva realidad.

También, con la colaboración entre programas e iniciativas del FMS (Actívate, Hermana y Mujeres en Alta Voz), concretamos dos jornadas de intercambio, para propiciar la sostenibilidad de las organizaciones. En un panorama adverso, en el que los recursos posiblemente serán más escasos, asegurar la supervivencia de las organizaciones se volvió crucial.

Hicimos una alianza con Mujeres x Mujeres (Tucumán, Argentina), organización que trabaja hace tiempo en el campo de la educación a través de plataformas digitales, para poder concretar los encuentros de organizaciones copartes de los programas Redes y Alianzas Libres de Violencias y de Fundamentalmente Feministas.

También, realizamos un encuentro trinacional de defensoras ambientales, con la participación de mujeres de territorios muy diversos: de Campo Loro, en el chaco paraguayo, a Pirané, en Formosa (Argentina), pasando por Tarija, en Bolivia. Surgieron de este encuentro un pronunciamiento común y audios para difundir en castellano, en guaraní paraguayo y en guaraní boliviano, sobre temáticas cruciales para las defensoras ambientales, como seguridad, extractivismo y derecho a la tierra.

 

 

 

 

Foto izquierda: Leticia Galeano. Foto derecha: Natalia Roca 

Las visitas a las organizaciones, para evaluar de manera conjunta avances y desafíos en la implementación de sus proyectos, se mudaron también al formato virtual. De esa forma, pudimos mantener el contacto y estar atentas a las necesidades y las transformaciones que exigiera el nuevo contexto.

Lanzamos una convocatoria abierta específica para tiempos de pandemia: Activismos LBTIQ+ en tiempos de covid-19. Recibimos 70 propuestas de organizaciones de base e intermedias de Argentina, Paraguay y Uruguay, de las cuales seleccionamos a 34, que recibirán apoyo financiero y técnico-político del Fondo de Mujeres del Sur desde agosto de 2020 a febrero del 2021.

Por otra parte, reforzamos nuestra campaña de recaudación de fondos ¡Activa tu donación, hermana!, con base en Argentina, y sumamos una campaña internacional, para invitar a donantes de otrxs países a que se comprometan con las causas que promovemos. Creemos que hoy es fundamental sumar y ampliar las redes de apoyo.

Queda mucho por hacer, y no sabemos cómo nos interpelará el futuro cercano. Pero si algo nos quedó claro, es que juntas y organizadas podemos seguir trabajando para erradicar las violencias, fortalecer las apuestas por la justicia socioambiental y de género, fomentar la participación política de las mujeres y amplificar las voces de todas, de todxs.